* El obispo de Roma recibió a un centenar
de prelados de cuatro continentes.
Ciudad del Vaticano.- Las divisiones, el dinero y los chismes son las «armas» usadas por el diablo para destruir la Iglesia «desde adentro», señaló ayer el Papa Francisco a un grupo de obispos de cuatro continentes.
En la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el pontífice recibió a un centenar de prelados que realizan su ministerio en «tierras de misión», donde el catolicismo aún no está arraigado, y que fueron designados en sus puestos en los pasados dos años.
«Las divisiones son las armas que el diablo tiene más a la mano para destruir la Iglesia desde adentro, tiene otras pero la primera son las divisiones, la otra es el dinero», afirmó, saliéndose del discurso que tenía preparado e improvisando.
«El diablo entra por los bolsillos y destruye con la lengua, con los rumores. La costumbre de chismorrear es una costumbre de terrorismo, el chismoso es un terrorista que tira la bomba y se va. Por favor, luchen contra las divisiones», insistió.
A los obispos, originarios de Asia, Africa, América y Oceanía, les pidió buscar nuevas modalidades para anunciar el mensaje cristiano y para salir al encuentro de las personas, también los creyentes «tibios» o no practicantes.
Brindó recomendaciones a los pastores, los llamó a apoyar a los fieles que viven «sumergidos en un mundo marcado por contradicciones e injusticias» y también a estar cerca de los sacerdotes, los más cercanos colaboradores de los obispos.
Sostuvo que todos los sacerdotes deben sentir la cercanía de su obispo y cuando este recibe una llamada telefónica de un presbítero o le llega una carta, debería responder de inmediato, el mismo día, si es posible.
«Las diferencias debidas a las varias etnias presentes en un mismo territorio no deben penetrar en la comunidad cristiana hasta prevalecer sobre su bien, puesto que la Iglesia, está llamada a estar más allá de toda connotación tribal-cultural», ponderó.