POR Alfonso FAURE
Muchos de nosotros recordamos y/o conocimos por primera vez el horrífico accidente con el que el gran Nikki Lauda casi pierde la vida en el Gran Premio de Alemania de 1976 gracias a la película de Rush (2013); que narra la rivalidad entre Lauda y James Hunt principalmente durante el campeonato mundial de Formula 1 de 1976. En este accidente, milagrosa e inexplicablemente Lauda no pierde la vida; sin embargo, a partir de ese momento y en las décadas siguientes, el piloto austriaco siempre fue un abanderado de mejorar la seguridad de los monoplazas, los circuitos y en general en toda la categoría reina del automovilismo.
El mismo Lauda hubiera estado contento y satisfecho después de observar el desenlace del impactante accidente que sufrió el piloto francés, Romain Grosjean, en la primera vuelta del Gran Premio de Bahréin el domingo pasado. Esto es debido a que el Halo, controversial y polémico cuando fue introducido, fuera el dispositivo de seguridad que le salvó la vida al piloto de Haas. Y es que el Halo, llamado en este fin de semana el mayor avance tecnológico y lo mejor que le ha pasado a la Formula 1 en los últimos 20 años, comenzó su desarrollo en el año 2014, recibiendo un mayor impulso después del terrible accidente que sufrió Jules Bianchi en el Gran Premio de Japón. Más adelante, fue desarrollado por la FIA en conjunto con los equipos de Formula 1 pero principalmente con el equipo Mercedes; para que finalmente, fuera introducido para la temporada 2018 como dispositivo obligatorio que debían de tener todos los autos de la competencia. Este accesorio es un marco de 20kg en forma de Y alrededor de la cabina del vehículo hecho totalmente de titanio de grado aeroespacial y diseñado para soportar hasta 12 toneladas (o el peso de dos elefantes adultos); además de que, junto con los soportes y anclajes al monocasco del auto, deberían mantener el Halo en su lugar para que al tener impactos fuertes no pueda fallar.
El piloto francés se impacto a una velocidad de 220km/h y 50Gs de fuerza con el guardarraíl de la pista de Bahréin partiendo su auto en dos; al mismo tiempo que la batería del sistema hibrido tuviera un corto circuito, generando un fuerte incendio al mezclarse con el combustible. Milagrosamente, Grosjean, salió por sus propios medios del accidente, pero inmediatamente fue volado al hospital para recibir atención médica, en donde a pocas horas del accidente, se confirmo que no tuvo ninguna fractura y “solo” sufrió quemaduras leves en las manos y tobillos.
Después de los análisis previos y de revisar las imágenes del impacto se puede observar que dos grandes mejoras al automovilismo salvaron al piloto galo. En primer lugar, las múltiples capas de NOMEX y ropa de protección hicieron su trabajo correctamente para evitar que el fuego penetrara al cuerpo de Grosjean. En segundo lugar, se ve claramente que el impacto más fuerte del guardarraíl lo recibió el Halo y que así cumplió con la tarea de proteger la cabeza del piloto.
Definitivamente, cuando el Halo fue introducido en 2018 sufrió varias criticas por la reducción en la visibilidad de los pilotos y el impacto “estético” en el auto. Aunque, este fin de semana quedo más que comprobado que la seguridad es primero y que nosotros como aficionados, debemos de entender que lo “feo” o “aburrido” queda en segundo plano cuando se compromete la seguridad de estos 20 hombres que arriesgan su vida en cada vuelta de cada fin de semana. Que, aunque a veces parecen superestrellas, sobrehumanos y casi intocables, estos pilotos están hechos de carne y hueso y que cuando conducen a más de 200km/h (o hasta 300 km/h) los accidentes (y posibles tragedias) están a la vuelta de la esquina.
Recupérate pronto Grosjean.
