martes, abril 23, 2024
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Gobierno activo, no reactivo

POR Carlos DE LA PEÑA JIMÉNEZ O’FARRILL

Asociación Civil Ciudadano Comprometido con Metepec.

Primero lo primero, partamos de la definición de activo y de gobierno paternalista, el primero proviene de vocablo latín actio, que se refiere a dejar de ser pasivos y hacer algo, el segundo, el gobierno paternalista suele tratarse de un régimen autoritario que se aleja de la democracia al no permitir la participación y la libertad a sus ciudadanos.

Por tradición y mecánica, los gobiernos reaccionan a la demanda ciudadana, por ejemplo, el procedimiento para reparar un luminario es: nos piden levantar un folio de denuncia y/o folio de atención, se canaliza al área correspondiente, se programa la revisión, se justifica y se atiende y cuando se está atendiendo y/o después de eso se le comunica al ciudadan@ que su petición fue atendida, este proceso puede llevar varios días.

Ese procedimiento de la administración pública tradicional es paternalista, es un sistema donde el gobierno pide que lo busquemos para darnos atención, está acostumbrado a que nos acerquemos para atendernos; aun cuando existen muchos ejercicios de contacto ciudadano como “jornadas de atención”, “el gobierno en tu colonia”, “tu gobierno cerca de ti” etc; ya es necesario romper con el estilo de gobierno paternalista, debemos evolucionar a un gobierno activo, un gobierno que se adelante a la demanda ciudadana, mediante programas de mantenimiento preventivo, rutinas y frecuencias. Esto va de la mano del Gobierno Digital que comenté en la columna de la semana pasada.

Regresando a nuestro tema de hoy, hace algunos años, en el 2002, tuve la oportunidad de ser Director General de Servicios Públicos en la Delegación, hoy Alcaldía, Venustiano Carranza de la Ciudad de México; ahí implementamos el programa de ser activo y no reactivo, después de un arduo programa de capacitación al personal y de un nuevo diseño de sus labores, logramos mejorar la calidad de los servicios públicos a nuestro cargo, por ejemplo, logramos que los luminarios de la demarcación tuvieran un nivel de eficiencia del 98.3%, es decir, solamente el 1.7% de los 23 500 estaba apagado, para obtener este logro contamos con tres factores decisivos, el primero y mas importante, un extraordinario equipo de trabajo, el segundo, el apoyo de nuestra Delegada y, tercero, todos fuimos capaces de reinventarnos, como ahora se dice fue “sin miedo al éxito”. Ese mismo año nos llamaron a comparecer ante la Asamblea Legislativa, y nos cuestionaron que como era posible que la demanda ciudadana en la Delegación hubiese bajado tanto, me preguntaron que cual era el motivo, les platiqué el programa de ser activo y no reactivo, de adelantarnos a la demanda ciudadana mediante programas de mantenimiento calendarizado etc, y su respuesta fue por demás sorprendente, me dijeron que ese tipo de programas no eran políticamente correctos, porque provocaban que el ciudadano no tuviese que acudir al gobierno para solventar sus peticiones, era claro que les dolía dejar al estado paternalista.

Ya no podemos permitir los gobiernos paternalistas, debemos exigir como ciudadanos que los gobiernos sean eficientes y eficaces, que estén a la altura de las nuevas exigencias, que no pretendan seguir con sus cotos de poder sobre las necesidades de la comunidad, es necesario ciudadanizar las acciones de gobierno. De esto trata la gerencia pública, tema que abordaremos le semana siguiente.

Si salen de su casa por favor usen cubrebocas, tomen la sana distancia y cuídense mucho.

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