POR Juan Gabriel González Cruz
PRI, PANAL y Verde, a puñaladas iguales.
Desde hace un mes en este espacio se previó la consumación del pleito local entre el PRI y sus aliados federales del Partido Nueva Alianza y Verde Ecologista, el cual nación desde que estas plataformas satelitales fueron relegadas de las posiciones claves del gobierno de Alfredo del Mazo, por la simple y sencilla razón de que políticamente no representan nada.
La semana pasada también anticipamos lo que el PRI consumó el viernes anterior: la impugnación de candidatos neoaliancistas y ambientalistas, porque estos dos partidos satélites rompieron la regla no escrita de haber postulado como candidatos a alcaldes, síndicos y regidores a ex priistas.
Hace días uno de los estrategas del tricolor estatal me comentó abiertamente -para describir lo que se venía entre estos tres partidos- que PANAL y Verde “se habían hecho afuera del retrete”.
Además de pretender un porcentaje de votación irracional en el colapsado convenio estatal, las dirigencias de Nueva Alianza y el Verde condicionaron su adhesión a cambio de que fueran incrustados en varios puestos claves del gobierno del estado y que mucha de sus gentes, sin mayor merecimiento que el compadrazgo o amiguismo con los dirigentes locales, encabezaran las planillas en varios municipios o en su defecto tuvieran las primeras regidurías en municipios claves. Obvio, aun perdiendo quedarían en los ayuntamientos con posiciones edilicias de representación proporcional. El PRI no accedió.
Insistimos, el lío no es nuevo, de hecho se comenzó a fraguar pasada la contienda del 4 de junio del 2017 cuando -a decir verdad- el PRI sólo no hubiera ganado la gubernatura, pues la suma de los votos del Verde y PANAL y PES le salvaron la apretada ventaja de 2 por ciento sobre Morena y su abanderada, Delfina Gómez. PANAL y Verde apretaron para cobrar en lo inmediato su factura.
Hoy Nueva Alianza califica de traidor al PRI por haberle impugnado 22 candidaturas a diversos cargos en ayuntamientos; el Verde no ha expresado abiertamente su molestia pero no tarda en hacerlo desde la débil plataforma de una camarilla de mantenidos.
Chantaje o presión política, llámele como quiera, pero de que los aliancistas y ecologistas le orinaron la casa al amo eso es un hecho. El acuerdo era no postular como candidatos a priistas que hubieran participado en el proceso interno tricolor.
Aunque lo sorprendente es que el PRI haya pecado de ingenuo, pues de dónde diablos iban a sacar candidatos propios PVEM y PANAL si ni estructuras tienen y sus únicos cuadros –literal- han de ser las fotos del Niño Verde y Elba Esther Gordillo.
En fin, para el PRI: “cría cuervos y te sacarán los ojos”; para el Verde y Nueva Alianza: “a puñaladas iguales…”
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Despacio que voy rápido…
Sí, a la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) “sí le corre prisa” por sacar adelante la Reforma Universitaria que básicamente propone o reelección o ampliación del periodo para el rector y los directores de unidades académicas y facultades. Textualmente la abogada general de la UAEM, Luz María Zarza Delgado, le expresó a este columnista el porqué de la urgencia de las modificaciones a la ley de la casa de estudios. En cuatro meses debe estar lista.
“Sí nos corre prisa pero no por lo que se piensa; nos corre prisa porque la administración se va a acabar y es un proyecto de legislación muy amplio, donde queremos llegar a reglamentos de alumnos, de académicos, de personal administrativo y tenemos que empezar por la ley. Es ley, estatutos y luego los reglamentos. Con trabajos va a dar tiempo en esta administración… Sabemos que hay un cambio de legislatura y que al inicio (del nuevo Congreso) los trabajos no son de la misma velocidad; si nos atoramos en la ley difícilmente vamos a avanzar en el resto de los proyectos”, dijo Luz María Zarza.
