viernes, marzo 29, 2024

Trípode

¿Cómo defender lo indefendible?

 

Por Eduardo H. Limón Cervantes

 

Durante su sexenio, Felipe Calderón exigió a su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, respeto para México. Y calificó como un error y un capricho el que se pretenda supeditar la política exterior a una plagiaria, cuyo caso fue revisado por cinco jueces. A lo que Sarkozy afirmó que cada actividad del Año de México en Francia sería dedicada a Florence Cassez, lo que provocó el retiro de nuestro país.

El presidente Felipe Calderón  manifestó en aquel entonces “Nosotros respetamos los derechos de otros países y exigimos y hacemos que se nos respeten los derechos de los mexicanos, no estamos hablando de una madre superiora. “Lo que sí no vamos a permitir es que por situaciones totalmente arbitrarias se quiera someter a México o recibir un trato indigno para los mexicanos”.

Lo anterior lo comento de cara a la reunión que celebró el ahora presidente Enrique Peña Nieto con el nada deseable visitante Donald Trump, candidato republicano a la Casa Blanca.

No puedo defender lo indefendible. Si los mexicanos estábamos llorando por Juan Gabriel y ya se nos  había olvidado el pseudoreportaje de Aristegui, sobre el supuesto plagio de tesis; con la invitación y reunión con el gringo, le volvió a llover sobre mojado a Peña Nieto. ¿En qué cabeza cabe invitar a este imbécil a nuestro país? ¿Dónde están los asesores presidenciales?, si es que los hay, y si los hay, ¿qué carajos están haciendo, buscando pokemones?.

Una vez reunidos en Los Pinos, Enrique Peña Nieto debió exigir a Donald Trump que se disculpara públicamente por sus insultos y le debió exigir respeto total y absoluto, como lo hiciera Calderón. Si Peña Nieto hubiera sometido y despotricado públicamente contra el gringo y le exigiera disculpas, la historia sería ahora otra, se le perdonarían la tesis, el gasolinazo, la Casablanca, todo. Los mexicanos hubieran visto a su presidente como un héroe; pues cualquier otra expresión resultaría fallida para el pueblo de México.

El que salió al quite fue Osorio Chong, quien estableció que el presidente de la República invitó a Trump para sensibilizarlo y de ninguna manera fue un error hacerlo. Explicó que el objetivo era hacerle ver la inconsistencia e irracionalidad de sus señalamientos contra los mexicanos y consideró una lástima que el señor siga con sus mismos mensajes, ya que no solo lastima a los mexicanos sino al mundo entero, y lo peor, vino el gringo a restregarnos sus insultos en nuestro propio suelo…

Y como decía mi compadre Chón: “Recuerde compadre que el error es un arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea”.

 

E-mail: limon@8columnas.com.mx

Twitter: @edulimon76

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