viernes, abril 26, 2024
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Potente terremoto en México

* El sismo de 7.1 grados en la escala Ritcher se ha sentido en

Ciudad de México y ha causado más de 150  muertes.

Un potente sismo sacudió con fuerza el centro y el sur de México y ha provocado la muerte de más de 150 personas justo cuanto se cumplen 32 años del poderoso terremoto que provocó miles de muertes en la Ciudad de México.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) indicó que el movimiento telúrico fue de magnitud 7.1 en la escala de Richter.
El epicentro del sismo, registrado a las 13:14 horas locales (18:14 GMT), se localizó a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, en el central estado de Morelos, a una profundidad de 57 kilómetros.
La sacudida provocó el derrumbe de decenas de edificios en distintas zonas como en la colonia Roma Norte, donde cuerpos de emergencia y voluntarios ponen hasta su último esfuerzo para retirar los escombros de los edificios que se derrumbaron.
Hay edificios derrumbados en las calles San Luis Potosí, así como en Álvaro Obregón y el circuito Amsterdam; donde al parecer varias personas quedaron atrapadas luego del sismo que cimbró a esta capital.
Con palas, picos y con la esperanza de rescatar a personas con vida, no paran; muchos jóvenes y adultos hacen vallas para pasar los escombros.
Voluntarios también llegaron con agua y material de curación; piden la ayuda de todas las personas que se puedan acercar para desarrollar las tareas más rápido.
La avenida Insurgentes estuvo paralizada al igual que otras arterias de la Colonia Roma; muchas personas han entrado en crisis por la situación, otras personas estaban esperando que sacaran a sus familiares o amigos con vida; las ambulancias de todas las instituciones públicas y privadas estuvieron a la espera de heridos que salieran de entre los hierros retorcidos, no solo de la colonia Roma, sino de distintos puntos de la Ciudad de México.
El crepitar de la tierra fue algo más que un simulacro en memoria de 1985, la tierra nos recordó a las 13:14 horas el miedo que genera un sismo en la Ciudad de México.
Las bocinas callaron, está vez la alerta sísmica fue un grito hueco, fue el palpitar del piso que se fue acelerando hasta quitar la duda de las personas: ¡es un temblor¡ ¡Está temblando! Se escucharon los gritos llenos de terror.
En la zona de Reforma, el movimiento fue violento, la cara de las miles de personas que trabajan sobre la afrancesada avenida de la capital dibujaba nerviosismo, miedo, el pánico que le dejó aquel septiembre de hace 32 años.
Todo fue cuestión de segundos para que las hileras de personas empezarán a salir a la calle, primero los de los edificios más pequeños, después los de los rascacielos como la Torre Bancomer o la Torre Mayor.
A la Glorieta de la Diana pareciera que el susto le cortó el agua, a su alrededor los miles de trabajadores del lugar miran el cielo, ven con temor el ligero banboleo de los edificios, de los árboles y semáforos.
De pronto, Reforma se fue haciendo un estacionamiento gigante, afuera del hotel Four Season alertan que «huele a gas», «apaguen cigarros», las lágrimas se empezaban a asomar en algunos rostros y con ello las primeras crisis de histeria que atendían los médicos del IMSS vecino. Entonces, empezaron a sonar las alarmas de patrullas y ambulancias lejanas, los rotores de los helicópteros Cóndores de la Policía merodeando la Ciudad de México, el rumor de voces preguntando sobre la intensidad del sismo.
Para las 13:20 horas, Paseo de la Reforma ya era un caos, las banquetas desbordaban, empleados con sus trajes y corbatas, a un lado de un grupo de alemanes no disimulaba el temor, mientras que en tres turistas japoneses la hinchazón y el rojo al borde de los ojos evidenciaba el llanto. Estacionados, autos y gente en la avenida, todos empezaban a buscar a sus familiares, las redes se saturaron y era imposible, el trinado de Whatsapp se multiplicaba, para algunos dos palomitas azules era el mayor milagro: «todo está bien», «todo ok», «se sintió horrible», «estuvo peor que el pasado». Sin embargo, en muchos hay miedo, llegaron los primeros rumores, «dicen que se cayeron edificios», «dicen que fue en la Condesa», «en La Roma», muchos se acercaban a escuchar las voces que salen de los autos que dan los primeros reportes. Poco a poco, los policías trataron de descongestionar Reforma, los autos avanzando hacia todas direcciones entre un mar de gente que espera que Protección Civil los deje entrar a su edificio, dando pie al paso de ambulancias.
El Metrobus en Insurgentes fue detenido, el Metro tampoco fue opción para quien quiere llegar a sus casas, a la escuela de sus hijos o con su pareja, la única opción: caminar. Hubo algunos afortunados que tomaron las últimas Ecobicis.
En la entrada del hotel Fiesta Americana en la Glorieta de Colón, los adoquines negros se levantaron y una grieta rompió la jardinera, mientras empleados del hotel repartieron sándwiches, botellas de agua y bolsas de pasas a los transeúntes.
El edificio de la Lotería muestra unas grietas en su punta, otros cristales reventados; mientras los negocios bajaron sus cortinas, Reforma se volvió una larga letanía de murmullos, de dudas, incertidumbre sobre las afectaciones reales, de sirenas de ambulancias y bomberos, de ventanas rotas en los edificios y banquetas quebradas.
Las actividades escolares fueron suspendidas hasta nuevo aviso, para salvaguardar la seguridad del personal y de las instalaciones.
En la capital, miles personas salieron a la calle tras las sacudidas en los edificios y un gran número de voluntarios se sumó a las tareas de desescombro en busca de posibles víctimas.
Los medios locales difundieron imágenes de daños y afectaciones en algunas de las principales infraestructuras de transporte. Entre otros efectos, la autopista que conecta México con Acapulco quedó inutilizada en uno de sus tramos y el aeropuerto de la capital suspendió las operaciones para revisar las pistas.
La Ciudad de México quedó convertida en un caos circulatorio por el fallo en un gran número de semáforos y por el corte de algunas calles. La Comisión Federal de Electricidad estimó que 3,8 millones de clientes se han quedado sin suministro debido a los temblores.
El presidente Enrique Peña Nieto anunció en Twitter su regreso «inmediato» a Ciudad de México para supervisar la situación por los últimos temblores. El mandatario convocó al Comité Nacional de Emergencias «para evaluar la situación y coordinar acciones».
«Importante evitar circular por calles y avenidas para permitir el paso a los vehículos de emergencia», añadió Peña Nieto, que recomendó desconectar la luz y cerrar el gas a quienes regresen a sus viviendas.
Aniversario de otra catástrofe
Se da la circunstancia de que el terremoto se ha registrado sólo dos horas después de que la ciudadanía saliera a las calles de todo el país en un simulacro conmemorativo del terremoto de 1985 y que dejó más de 10 mil muertos.
Esta vez el sismo se ha sentido con más fuerza que el registrado el 7 de septiembre, de magnitud de 8,2 en la escala de Richter, dado que el epicentro ha sido más cercano.
El sismo del 7 de septiembre, el más poderoso desde 1932 en México, dejó 98 muertos en el sur del país; 78 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.

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