miércoles, abril 24, 2024
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ENTRE COMILLAS- Alberto Abrego

 

ESCAPE EN TULA Y EL CERESO DEL PASTEL

Alberto Abrego

“Fue un ataque muy directo sobre su objetivo, iban directo…”

Mauricio Delmar Saavedra, Secretario de Seguridad Pública de Hidalgo.

Al más puro estilo de las fugas de Ríos Galeana, durante la madrugada del miércoles un comando armado irrumpió en el Penal del Centro de Reinserción Social (Cereso), en Tula, Hidalgo para liberar a José Artemio Maldonado Mejía (a) “El Michoacano”, líder del grupo delictivo Pueblos Unidos y a otros ocho presos de la misma banda, relacionados con delitos como narcomenudeo, homicidios, robo de hidrocarburos, secuestro, extorsión y asaltos.

Según las autoridades estatales, fue un operativo en el que participaron al menos diez elementos armados en una acción totalmente coordinada, en la que utilizaron dos coches bomba como distractor a unos metros del penal y un camión reforzado para irrumpir de manera violenta en las instalaciones, con saldo de dos custodios heridos y los nueve reos fugados.

Los hechos ocurrieron mientras la plana mayor del gobierno de nuestro país se preparaba para enviar un mensaje con motivo del tercer aniversario de la actual administración, ante más de cien mil espectadores que asistirían al zócalo capitalino tan solo unas horas después.

La presión no se hizo esperar, las policías tuvieron que ponerse a trabajar y tan solo un día después de la fuga, el presidente informó la recaptura de tres reos, además de ocho sicarios que participaron en el asalto;del mismo modo se interroga e investiga a todo el personal del reclusorio por sospechas de complicidad.Porque es evidente que en toda fuga se requiereapoyo exterior y del interior.

La fuga de internos en penales de alta, mediana o mínima seguridad ha sido una constante en la historia de México. Con el espectacular rescate del “Michoacano” y sus compinches se escapa también la credibilidad en las instituciones que imparten seguridad y justicia, que se muestran débiles y vulnerables ante los embates del crimen organizado. Queda al descubierto una vez más la debilidad del sistema carcelario y la pobre imagen no solo de una entidad, sino de un país que desde hace décadas no puede diseñar estrategias efectivas contra la delincuencia. ¿El crimen ha rebasado a nuestras instituciones?, ¿a qué hora va a renunciar Evelin García, Directora del penal, quien además debe estar sujeta a una exhaustiva investigación?, ¿cuántos guardias custodiaban el reclusorio como para que un comando de diez sicarios tomen lo tomen por asalto y rescaten a nueve internos?, ¿qué acciones habrán de realizarse para garantizar que estos hechos no se repitan?, ¿qué funcionario irá a la cárcel por esto?Muchas especulaciones y pocas respuestas, y mucho menos responsables. Una raya más al tigre y una cereza más al pastel.

La fuga es un monumento a la perversión e inmoralidad, y es innegable que la corrupción ha hecho metástasis en el sistema penitenciario y en las demás instituciones de impartición de justicia. El rescate de película de un criminal, asesino, vendedor de droga y jefe de sicarios es un hecho que indigna y afrenta; significa una burla y total falta de respeto al estado mexicano y a las instituciones; y ante ello los ciudadanos solo escuchamos discursos huecos y excusas inútiles, en tanto que a seis días de los hechos aún no se sabe todo lo que ya se debería saber por las investigaciones. La percepción de impunidad ha tocado fondo. En México se vive un clima agravado de violencia que ha segado la vida de miles de personas, trastocando la seguridad, el bienestar y el futuro de muchas familias. Por eso es inaudito, increíble e indignante que criminales entren y salgan de las cárceles cuando ellos lo decidan, al amparo de un sistema que ha sido incapaz de proteger a sus ciudadanos.

Es imposible imaginar el desarrollo económico y social de un país si la violencia crece y es acompañada de la impunidad. Es necesario vigilar más de cerca el proceder de las autoridades en todos sus niveles y de establecer ya un límite, y no debemos permitir que la inercia de la efervescencia política de sucesiones y festejos nos distraiga de la exigencia de rendición de cuentas.

Sí, fue un ataque muy directo… sobre los derechos de todos, sobre las instituciones, sobre la confianza, sobre la dignidad y sobre toda clase de límites morales. Dejar que se siga rebasando esta línea es exponernos a la anarquía y a un mayor ridículo internacional.

RÁPIDAS MEXIQUENSES. Elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México capturaron en Texcoco a Marco Antonio “N”, presunto implicado en la fuga de nueve reclusos en el penal de Tula, Hidalgo, quien en ese momento dijo que solo recibió nueve mil pesos por su participación en el operativo, mismos que ofreció a los policías para que lo dejaran ir. Obviamente los policías no aceptaron el soborno… ¡cómo!, ¿nueve mil pesos?… ¡Que lo refundan!

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