sábado, diciembre 7, 2024
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Camino al poder

Saúl Gómez Brito

La contienda electoral tiene diversas connotaciones, lo fundamental es la lucha por el poder, hoy la característica reviste ser meramente empírica, pues por lo que se nota los partidos o candidatos carecen de una teoría y un adecuado herramental analítico para conquistar el poder.
Al analizar las condiciones y perspectivas de las actuales luchas, se dejan de lado ciertas exigencias fundamentales, así sea el precio de no saber en dónde están o hacia dónde van; esto se corrige con propuestas y excusas elementales, tales políticas carecen de una sólida base teórica, ya que para ellos, lo importante es competir.
Recorrerán caminos, como si la realidad social pudiera comprenderse sin una teoría científica, sólo la ven fragmentada, sucediéndose en fases aisladas, alejados de las leyes que rigen el desarrollo, sin establecer con precisión la etapa que esa lucha recorre; perdiendo su espacio la seriedad política.
Los discursos y disertaciones rayan los más, en juicios absolutos, se alude a la democracia como cuestión retórica, abandonando de paso la esencia del debate, de la confrontación ideológica, la ideología es letra muerta; la lucha electoral, carece de una dinámica interna, ignorándose  las más graves contradicciones en que se expresa.
Hoy, todo se reduce a un pragmatismo que no lleva orientación, que no lleva a nada, intrigante mezcla de competencia y ausencia de rumbo, esa falta de rumbo estratégico se ilustra con la carencia de prioridades o, al menos con la confusión de estas; esas deficiencias estratégicas, se traducen en falta de seriedad y credibilidad.
Los candidatos promotores de esperanzas y grandes apoyos, de pronto pasan a ser vistos con suspicacia, reveladora paradoja, si se recuerda que los candidatos, según las fórmulas de campaña, están para proteger a los ciudadanos, agredidos en la inseguridad y la complicada carencia de rumbo estratégico.
Lo cierto es que la sociedad, día con día, aumenta sus esperanzas en mantener posiciones reales, valorando con objetividad lo hasta hoy logrado y no perderlo, esta es la única actitud correcta que deben mantener los partidos y los candidatos, ya que lo fundamental y más complejo está por hacerse, siendo necesario avanzar con firmeza y con conocimiento de causa.
La lucha electoral no es para entregarse a la complacencia infundada, porque todavía tropezamos con tales casos, los candidatos han de actuar de manera enérgica, creativa y competente, liberándonos del peso del pasado, que se halla a la expectativa, frenando el progreso e impidiendo el desarrollo con amplitud de la actividad política.
En el proceso electoral, no todos los partidos y los candidatos han comprendido que la nueva política significa rechazar los viejos métodos y costumbres; esto, en síntesis, depende de la postura civil de cada participante, de la consciente actitud a la tarea encomendada, en transformar los viejos rumbos.
Está la esperanza de enfocar la política, la lucha electoral con criterios propositivos, trabajando enérgicamente, con espíritu creador y con el compromiso de transformar lo obsoleto, de avanzar y materializar la consecuente política trazada por el Gobernador mexiquense, de esto, se han de sacar conclusiones políticas.
Los actuales tiempos políticos, tiempos electorales, demandan elaborar postulados basados en las realidades actuales, en la previsión profundamente argumentada del futuro, con el consecuente respeto a las instituciones públicas y, cómo no, en la realización de una política social activa.

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