jueves, abril 25, 2024
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El coronavirus y nuestra nueva realidad

POR José Pablo Montemayor Camacho

“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”: Octavio Paz

Como no extrañar a lo que estamos acostumbrados, a nuestro México cálido. Como mexicanos somos gente alegre, gente emotiva y de cariño expreso. Un día cualquiera escuchamos cuetes de las fiestas patronales de nuestras comunidades, vemos sus ferias atiborradas de familias concentradas en convivir y divertirse al lado de los vecinos y turistas. Celebramos toda ocasión de manera especial, los XV años, las bodas, y los días de la madre son casi días santos, pero este año enfrentamos un gran reto.

El covid-19 llegó como una película de ciencia ficción. Inició en China y propagó por todo el mundo. Países que tomaron la amenaza a la ligera, como España e Italia, hoy viven trágicas consecuencias.

Por lo que se refiere a nuestro querido México, el desafío es mayor debido, entre otros factores, a nuestras costumbres y forma de vivir y de convivir con los demás.

Marcar una sana distancia y quedarnos en casa, medidas recomendadas por las autoridades, nos resulta casi una tortura.

Pero también está la parte económica. Muchas madres o padres de familia no pueden quedarse en casa, porque tienen que salir todos los días a trabajar para poder llevar pan a la mesa.

 

Cuidarnos para evitar contagiar y contagiarnos y, al mismo tiempo, reactivar nuestra economía para generar empleos a fin de que se recupere la economía familiar, es un reto que sólo se puede superar entre todos, gobierno y sociedad colaborando juntos.

Lo primero es seguir a pie de letra las recomendaciones de las autoridades federales y locales de salud. No salir de casa si no es estrictamente necesario. La salud es el patrimonio más valioso de las familias mexicanas, cuidémosla. Reducir las posibilidades de contagio es central para evitar que nuestros sistemas de salud se saturen. Imagina que el día de hoy te contagias y se te complica y tienes la fortuna de poder acceder a un hospital particular pero al llegar ya no hay cupo para ti, corres a un hospital público y ¡tienes la misma suerte! No tienes otra que encomendarte a Dios y esperar a que no seas un numero más de la estadística fatal. Por tal motivo querido lector, permanece lo más distante posible de la colectividad para poder pasar este momento.

Lo segundo, la reactivación económica debe ser gradual y con todas las medidas sanitarias posibles. Aquí, gobierno, trabajadores y empresas deben colaborar de la mano para que la reactivación avance sin retrocesos, sin nuevos cierres, y se logre lo antes posible la recuperación económica.

Unidos y solidarios tenemos como sociedad que enforcar nuestras energías en generar nuevos sistemas de negocios, nuevas formas de inversión y apoyarnos entre todos. Aquí el gobierno debe desempeñar un papel vital en este proceso de recuperación de la economía. Desde el gobierno federal se tienen que contar con políticas públicas que generen las condiciones idóneas para los empleadores de todos los tamaños, apoyos a pequeñas empresas, a emprendedores y en materia fiscal incentivos concretos y de amplio alcance, solo así podremos sacar el barco a flote.

 

Aprovecho este espacio para expresar mi reconocimiento y agradecimiento a todas las personas que siguen trabajando para que todos los que tenemos la fortuna de poder hacerlo desde casa podamos estar mejor, a todas las personas encargadas del rubro alimentario, del transporte, servicios básicos y de alta necesidad y sobre todo al sector médico  –mi esposa es una gran doctora y veo en ella la vocación, el esfuerzo y la dedicación en su trabajo diario en el hospital para combatir este virus–, en verdad es una profesión admirable y por eso me atrevo a escribir nuevamente, amigo lector ¡quédate en casa para ayudar a todos los médicos!

Finalmente ¿cuáles son las reflexiones que nos trae esta pandemia? Nos estamos dando cuenta de lo vulnerable que es nuestra realidad y los cambios que pueden surgir de la noche a la mañana, Estos días de trabajo desde casa y distancia social sirvieron también para ver cómo se extraña a la gente cercana, un convivio o una fiesta.

 

De esta desgracia tenemos que obtener lo más positivo que se pueda porque ¡así somos los mexicanos! Sacamos memes, creamos personajes unos más simpáticos que otros de la ya famosa Susana Distancia, pero nos mantenemos positivos, nos mantenemos alegres porque ese nuestro espíritu.

 

Tengo la certeza de que  vamos a superar esta emergencia si todos nos mantenemos unidos como sociedad, apoyando en la medida de nuestras posibilidades al comerciante local, al vecino y a nuestros adultos mayores.

José Pablo Montemayor Camacho

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