viernes, abril 26, 2024
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El exgober de Nayarit

POR Alberto ABREGO

“Cuando un político dice que acabará con la pobreza, se refiere a la suya.”  Paulo Coelho

 

Fue gobernador de Nayarit de 2011 a 2017, y durante su administración los índices de violencia e inseguridad por el crimen organizado aumentaron de manera dramática, por lo que fue señalado por su presunta complicidad con cárteles del narcotráfico. El gobierno Federal informó que mantiene bloqueadas 42 de sus cuentas bancarias que suman más de mil 196 millones de pesos.

 

Roberto Sandoval Castañeda está en calidad de prófugo de la justicia y es buscado en 194 países, luego de que un juez de Nayarit emitiera una orden de aprehensión por los delitos de enriquecimiento ilícito, peculado y ejercicio indebido de funciones. Los señalamientos contra el exmandatario nayarita no son nuevos, desde hace dos años las autoridades de Estados Unidos lo investigan por sospechas de nexos con bandas del narco; al respecto Sandoval siempre se mostró sorprendido y declaró que nunca se escondería.

 

Hoy está prófugo y se une a la lista de gobernadores  señalados como corruptos en sexenios recientes: César Duarte Jáquez, de Chihuahua, preso en Estados Unidos y en proceso de extradición; Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz, cumpliendo sentencia de nueve años en el Reclusorio Norte de la CDMX; Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo, actualmente recluido en un penal de Morelos; Mario Villanueva Madrid, también de Quintana Roo, en prisión domiciliaria después de estar 19 años recluido en Estados Unidos; Tomás Yarrington, de Tamaulipas sigue proceso en Estados Unidos por vínculos con el narco; Eugenio Hernández Flores, de Tamaulipas, permanece preso en un penal de Ciudad Victoria; Andrés Granier, de Tabasco, estuvo cinco años en prisión y hoy goza de libertad; Guillermo Padrés, de Sonora actualmente enfrenta cargos por fraude; Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes enfrentó cargos por defraudación fiscal; Fausto Vallejo, de Michoacán fue sujeto a proceso por narcotráfico, está libre y Jesús Reyna García, también de Michoacán, enfrentó cargos por vínculos con la delincuencia organizada.

 

Ahora también en Nayarit. El desfile de gobernadores corruptos parece no tener fin en nuestro país, la corrupción ha corroído desde sus entrañas a la clase política mexicana. Combatir y denunciar esas prácticas deshonestas debe ser una tarea irrenunciable de los mexicanos, es lamentable que mandatarios exhiban su voracidad insaciable y usen el poder para aprovecharse aún más de los pueblos que gobiernan. Roberto Sandoval está obligado enfrentar a la justicia, y debe presentar pruebas de la inocencia que presume.

 

Pareciera que los ciudadanos estamos absolutamente impotentes frente a estos personajes, ejemplos de la descomposición social y política que padecemos. La deshonestidad generalizada, la impunidad y la corrupción son el resultado de la indolencia social de los mexicanos ante la ilegalidad. Somos permisivos e indiferentes y en el mejor de los casos solo avivamos el escándalo en las redes sociales, hacemos algún meme y nos reímos.

 

En los tiempos de los aztecas no se andaban con rodeos, si alguno de los funcionarios era deshonesto, el tlatoani lo mandaba degollar inmediatamente, el deshonrar la confianza depositada era considerado como una traición, y al traidor se le ejecutaba sin piedad. Pero no solo se castigaba la corrupción, también se educaba para prevenirla, y a los jóvenes se les inculcaban valores como la rectitud y la honestidad. Esas costumbres fueron muy pronto sustituidas por las nuevas formas de gobernar que trajeron los españoles.

 

Por supuesto que en la actualidad reprobamos esas formas de castigo y somos enemigos de la violencia en todas sus formas, pero es un ejemplo de que nuestra sociedad inculcaba valores, y los funcionarios lo pensaban muy bien antes de corromperse. Hoy en día la corrupción está por encima de ideologías, principios y valores, y olvidamos que los corruptos son los padres del atraso, de la marginación, de la envidia y de decenas de bajezas y abusos de poder ante una sociedad indiferente.

 

Si Roberto Sandoval Castañeda huye de la justicia, demostrará que, al igual que los anteriores señalados es parte de la corrupción que ahoga a México desde hace muchos años, y ante ello, gran parte de la sociedad prefiere sentirse frustrada, enojada, indefensa y vulnerable antes que levantar la voz.

 

Es necesario que esa clase de políticos sientan nuestro desprecio y nuestro reproche cada día, y desde donde estemos, debemos abonar para ser mejores, inculcando principios y valores en pos de  mejores generaciones, pues el mundo sería diferente si en lugar de sinvergüenzas corruptos y traidores, tuviéramos en el poder a personas ejemplares.

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