jueves, abril 25, 2024
InicioOpiniónA mi manerA

A mi manerA

Por Julio A. AGUIRRE

* Con la misma piedra
* Cárceles en México, infierno
* Corrupción e impunidad, siempre lo mismo.

¡Resignación! ¡Qué triste palabra! Y, sin embargo, es el único refugio que queda. Ludwing Van Beethoven.

    México está urgido de escuelas, hospitales, empleos, policías confiables y un sin fin de cosas. Es obvio pensar en ello como prioridad. Aquí mismo hemos señalado que gobiernos municipales, estatales y federales están obligados a construir cárceles y panteones. Los que hay a lo largo y ancho de la República resultan insuficientes.

    El motín en el penal de Topo Chico en el estado de Nuevo León habla de la descomposición en el sistema penitenciario. Hoy fue Nuevo León, como ayer en cualquier entidad y con cualquier gobierno del partido político que sea.

    Para empezar no cumplen con las expectativas de regenerar a quienes ahí por equis circunstancia pisan una cárcel en el país. Las cárceles en el país son auténticas academias donde se gradúan como delincuentes. La corrupción ha alcanzado a los más altos funcionarios.

    En cualquier prisión, incluyendo las señaladas de alta seguridad, lo que tras los barrotes sucede serviría de guion para películas de terror.

    No hay donde ponerlos ya. Lo mismo se ve a un narcotraficante junto al que robó un pan. Allá adentro la lucha por el «control» es igual o más cabrón que afuera en la batalla por el poder político.

    Obviamente no estamos descubriendo nada nuevo. Tampoco pretendemos echarle gasolina al fuego. Simplemente repetimos lo que en ocasiones anteriores hemos expresado.

    Increíblemente los gobiernos han tropezado una, dos, tres y muchas veces más con la misma piedra. De los errores y los fracasos se aprende, dicen. Nuestras autoridades no han aprendido nada.

    Falsa visión futurista de los diputados, partidos político y mandatarios que no ponen remedio, pero cuando surgen tragedias como la de Topo Chico todos levantan la voz, piden explicaciones, ordenan investigaciones, crean comisiones para llegar al fondo y como si fueran limpias y puras palomitas sacan sus frases obsoletas: Caiga quien caiga y le pese a quien le pese. Nunca pasa nada. Después del niño ahogado, cuando el hombre más buscado en el mundo se les escapa del orgullo mexicano penitenciario -El Altiplano de Almoloya en el Estado de México, después de motines, riñas, herido y muertos entonces se acuerdan de hablar, quejarse y proponer.

    Que jodidos estamos en dicho renglón. Más rudo y escándalo hacen en torno a Kate del Castillo que en investigar e informar sobre el propio Joaquín Guzmán. ¡Qué alguien me explique!

    Ninguna tragedia llega en buen momento. Los 49 reos es un acontecimiento desastroso para TODAS las autoridades mexicanas a escasas horas de la llegada de Su Santidad el Papa Francisco.

    Por cierto apostamos que muchas de esas autoridades estarán pensando en acercarse al Papa lo más que se pueda para la foto o pedirles la bendición. ¡Cómo si se lo merecieran!

  COMO VA…

    Así cómo… ante los terribles acontecimientos no podemos culpar al gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, gobernador independiente de Nuevo León. Incongruente cargarle la desgracia de lo sucedido en Topo Chico a Enrique Peña Nieto, Jefe del ejecutivo de México. Tienen su responsabilidad, obvio, sin embargo esta desgraciada corrupción que nos ahoga viene de tiempo atrás; lamentablemente la impunidad y corrupción llegaron para quedarse.

    Sin dientes… desde el Senado de la República Roberto Ruiz Zuarth dio lectura al acuerdo donde se exhorta a las autoridades a garantizar la reparación del daño de las víctimas (Topo Chico) y brindar atención a los familiares, así como que las autoridades de Nuevo León atiendan las recomendaciones de la CNDH respecto a penales de la entidad.

    Con respeto a lo dicho por el senador y a la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos poco aporta. La misión de la CNDH estriba en enviar recomendaciones a los lugares donde se violan los derechos, y hasta ahí. Hagan o no caso finalmente nada aporta para se castigue a responsables de las tragedias humanas.

    Algo parecido… cuando Vicente Fox Quesada llegó a la silla principal a sus primeros yerros en este espacio expresamos que no era lo mismo la silla presidencial que la silla de montar. Reiteramos la frase. Jaime Rodríguez, llamado «El Bronco», es un «espectáculo cuando monta su hermoso corcel; se ve que domina la silla de montar. Tras la tragedia sucedida debe entender que la silla de Gobernar un Estado como Nuevo León nada tiene que ver con la que sube para cabalgar. El poder también repara don Jaime, no lo olvide.

    Tal vez lloré o tal vez reí/ tal vez gané o tal vez perdí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también ame, puedo seguir hasta el final…A mi manerA

         Correo electrónico: aguirre@8columnas.com.mx

Artículo anterior
Artículo siguiente
PODRÍA INTERESARLE ...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

MÁS LEÍDO