sábado, mayo 18, 2024
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Letras de Juan Gabriel

De Guatemala a Guatepeor…

No hay que darle vueltas al asunto. La captura del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa tiene un solo sesgo, el electoral.
En primera instancia no es dinamitar a Delfina Gómez, la candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, sino al personaje que le sostiene la campaña: Andrés Manuel López Obrador.
En segundo plano, viene inmerso el habilitar el discurso anticorrupción en los candidatos del PRI a las gubernaturas de Nayarit, Coahuila y el Estado de México. Sin embargo -insistimos- el móvil principal es amagar al político tabasqueño con lo que diga o deje de decir Duarte de Ochoa respecto al proceso electoral del 2016 en Veracruz.
Es claro que los números no le alcanzaban al PRI en algunas elecciones de este año, por eso tuvieron que quemar el cartucho Duarte que estaba programado para el 2018. Pero no es suficiente para el posicionamiento de deslinde, pues aunque fue expulsado del partido en diciembre pasado, Javier Duarte tiene tatuado el sello priista al menos en las dos siguientes elecciones.
En el Estado de México el caso Duarte sólo tiene dos vertientes a favor del PRI.
Uno, que Josefina Vázquez Mota está acotada para criticar cualquier asunto de corrupción mientras no resuelva en lo claro y absoluto los temas de «Juntos Podemos» y la investigación de PGR sobre su familia por cuanto hace al uso de recursos de procedencia ilícita.
Dos, que Javier Duarte tiene en vilo al dirigente nacional de Morena por los indicios, comentarios y sujeciones sobre un malévolo y frustrado acuerdo para no dejar ganar al hoy gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes. Verdad o mentira, López Obrador se ensartó ayer con su comentario de que Duarte de Ochoa es un «chico expiatorio», en el entendido de que ese adjetivo se les pone a los inocentes atrapados para justificar la comisión de un delito, es decir, López Obrador trató a Duarte como un cordero frente a las múltiples acusaciones en su contra.
A ver en qué resulta, pero lo que sí es seguro es que a una de las dos partes el caso Duarte le resultará una catástrofe, algo así como ir de Guatemala a Guatepeor.
CANCIONERO
Ese cumbión de 2Calladito de vez más bonito» (LMT), para los gobernadores.
Por cierto, no veo a ningún gobernador en turno, de todos los partidos, haber hecho pronunciamiento alguno sobre la captura de Javier Duarte. Tal vez junto con la noticia de la detención también les llegó en posdata aquel dicho que reza: «Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar» o «calladito te ves más bonito».

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