Alfonso Faure Meza
@alfonsofaurem
Aunque no me guste tanto, ni soy experto en política, me parece pertinente hablar del anuncio del Ejecutivo federal. El lunes 5 de octubre, el presidente López Obrador presentó, junto con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), un plan de infraestructura e inversión para generar proyectos alrededor del país; en su mayoría enfocados hacia autopistas y carreteras, y en menor proporción hacía el sector energético. Sin embargo, estos proyectos son para una planta de fertilizantes, dos de procesamiento de combustóleo y otros más para el procesamiento de hidrocarburos; es decir no hay inversión hacia la innovación, ni a la generación, transporte y almacenamiento de energías renovables.
Según datos de la AMIA (Asociación Mexicana de la Industria Automotriz), la industria automotriz aporta el 3.8% del PIB y genera casi un millón de puestos de trabajo. Es un sector que, aparte del importante derrame económico en las últimas décadas; ha generado mano de obra calificada, desarrollo tecnológico e ingenieril y ha posicionado México como un buen competidor a nivel mundial y una economía pujante.
Por lo tanto, es importante tomar en cuenta las necesidades y requerimientos de la industria debido al volumen que aporta dentro de la economía mexicana. Cn miras al futuro, la industria automotriz es eléctrica, los ingenieros diseñarán mejores baterías y el mejor auto será el que tenga mejor rango de carga tanto en velocidad como en distancias de manejo.
Entonces, me parece preocupante qué dentro de los proyectos presentados, no existen propuestas para acelerar las inversiones de generación de energía eléctrica, aumento de las capacidades, una mejor distribución y almacenamiento de la energía, cuando tenemos un sector automotriz pujando hacia la electrificación y un mundo que busca, cada día más, el uso de las energías renovables para combatir el cambio climático y reducir el uso intensivo de combustibles fósiles. Además de que, gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, las energías renovables son cada vez más baratas que sus contrapartes.
La importancia del sector energético al lado a la industria automotriz se da en el nuevo contexto de demanda de energía eléctrica por lo nuevos automóviles. Con todo y pandemia, se prevé que en el 2020 se venderán 2.5millones de unidades eléctricas lo cual significa un aumento del 20% comparado con el 2019. En Tel Aviv, Israel, se está construyendo una calle de 600m de largo que permite la carga inalámbrica del transporte público. Y en Alemania, se está planeando licitar 40GW de capacidad eólica y solar entre 2021 y 2025; para así asegurar su capacidad energética previniendo el aumento en la demanda.
El gobierno mexicano decide mantener sus planes en un sector energético como si estuviéramos en los 70´s y los petrodólares fueran a financiar el progreso de México. Los líderes en este país deben de entender que el futuro es eléctrico, es renovable, está interconectado con la Big Data y las redes de información; y que, si no lo planeamos desde hoy, mañana será muy tarde y el rezago será aún peor.
